Hoy quiero tocarte un tema de por si delicado, pero que trae repercusiones inimaginables tanto a tu salud orgánica como a la emocional. La obesidad es una enfermedad y se está convirtiendo en pandemia. Entiéndase pandemia como aquella enfermedad contagiosa que se propaga sin solución cruzando continentes y que no respeta estrato social económico o cultural.
La industria alimenticia ha conseguido vulnerar todos estos aspectos y nos presenta comidas de muy mala calidad al alcance de «cualquier bolsillo». Lamentablemente esto refuerza las malas prácticas alimenticias perpetuando la epidemia que hoy afecta a millones de personas.
La obesidad se mide calculando el índice de masa corporal (IMC) que sencillamente es dividir tu peso en kilogramos dividido por tu talla en metros al cuadrado. Ojo, no es tu talla cuando entraste a la Universidad o a tu primer trabajo, es tu talla actual, que fácil podría ser un par de centímetros menos.
En un estudio bien conocido se publicó después de analizar el IMC de 20 millones de personas proveniente de 186 países diferentes entre 1975 y 2014. La obesidad aumentó en 40 años de 105 a 641 millones de personas. Las mujeres superan a los hombres en porcentaje de obesidad. El porcentaje de hombres obesos durante este periodo de tiempo creció de 3.2% a 10.8%. Para el caso de las mujeres fueron del 6.4% al 14.9%. La diferencia parece recaer en un trasfondo psico- emocional. Las mujeres tienen una mayor tendencia a canalizar el estrés y las angustias a través de la comida. El hombre, por el contrario tiende a canalizarlo por otras vías
Las tasas de obesidad aumentaron considerablemente desde 1980 cuando comenzó a extenderse el consumo de comida rápida en América Latina. Este aumento en el consumo de la llamada comida chatarra ha llevado a los nutricionistas a recordar que un obeso vive diez años menos que alguien con peso saludable.
En Latinoamérica ya somos el tercer país con más obesos y la tendencia no parece querer mejorar ya que hace 5 años el Perú se encontraba en el grupo de menor obesidad del continente.
Lo que alguna vez era parte del turismo en Estados. Unidos empezó a trasladarse a México y ahora ha llegado a Sur América para quedarse. Me refiero ver a esos súper obesos caminando por los malls. La percepción de lo que es sobrepeso empieza a distorsionarse cuando empiezan a verse obesos en nuestro entorno. De tal modo que estar un poco gruesito ya no parece implicar razón para preocuparse.
El no percatarnos de esa tendencia hace que inconscientemente aceptemos esas prácticas alimenticias que les prometo, no teníamos hace 5 a 10 años. Y aquí va lo peor, nuestros hijos están condenados a ser obesos ya que ellos incorporarán esa malas prácticas alimenticias que acaso hoy no llegan a preocuparnos mucho. Su percepción de obesidad será distinta cuando lleguen a la edad donde podrán decidir su propia alimentación.
Hoy en día tenemos que casi el 20% de nuestros niños y adolescentes tienen sobrepeso. Eso es 1 de cada 5 niños peruanos. Acaso una triste dicotomía si recordamos que todavía tenemos departamentos en la sierra donde la desnutrición infantil es un problema real y de preocupación
En nuestro país los departamentos más preocupantes son Tacna, Moquegua y Lima. No es coincidencia que sean aquellas ciudades cercanas a los países más preocupantes de Sur América que son Chile, Argentina. A Dios gracias y no somos EEUU y México, pero créanme, le damos otros 20 años a esta tendencia y te acordarás de esta historia
Comida chatarra, azúcares y poca fibra son el cocktail venenoso que ha conseguido la industria alimenticia. El otro grande…...falta de ejercicio! No cometamos el error de cambiar a la ensalada y la fruta por entradas y postres, no cometamos el error de no considerar al deporte como pieza importante de nuestro dia a día, y no cometamos el HORROR de cultivar estas malas prácticas en nuestros hijos
Veo con preocupación el aumento del índice de masa corporal del promedio de mis pacientes y continuaré peleando contra este enemigo público. Tu comportamiento es algo aprendido y hay maneras de cambiarlo, pero con ayuda.
Entonces cuando tu doctor te recomiende que vayas al Nutricionista, no seas mezquino y dale una visita para revisar tus patrones de alimentación. Te prometo que te estarás ahorrando miles de miles de soles en lo que podrían ser diabetes mellitus, hipertensión arterial, problemas cardiacos y hepáticos por mencionar algunos, en un mediano plazo. Así como hoy debes velar por tu futuro, y te preocupas por cómo proveer a tus hijos, sé sensato, y piensa en el legajo de malos hábitos alimenticios que podrías dejarles.
Dr. Fernando Salazar Muente